Ante
la polémica decisión de algunos padres de no vacunar a sus hijos, las
instituciones firmantes declaran enfáticamente que las vacunas NO causan
Autismo.
La
inmunización de los niños está erradicando enfermedades invalidantes como la
poliomielitis y ha controlado otras que matan miles de niños, como el sarampión
y la tos convulsiva. Se estima que las vacunas son capaces de evitar al menos
1.400.000 muertes en niños por año (OMS 2011).
Los
padres tienen el derecho de tomar las decisiones que estimen pertinentes en el
ámbito del cuidado de sus hijos, pero estas decisiones deben estar fundadas en
información fidedigna y clara.
La
controversia surgió en torno a un compuesto llamado Timerosal, que se usa hace
más de 80 años y que contiene etilmercurio. Este es un preservante antiséptico,
necesario para evitar la contaminación de las vacunas.
El
Timerosal fue sindicado en forma errónea, como posible responsable del aumento
de casos de autismo en Estados Unidos dado el uso de Timerosal en vacunas
pediátricas. Se extrapoló también erróneamente el riesgo de neurotoxicidad por
exposición crónica por metil-mercurio que sí es tóxico, con un posible riesgo
de autismo por etil-mercurio que contiene el Timerosal.
Esta
situación generó declaraciones que confundieron a muchos. La experiencia ha
demostrado repetidamente que cuando grupos humanos dejan de vacunarse por
creencias erróneas, se producen brotes importantes de enfermedades
inmunoprevenibles y finalmente muertes. Por otro lado, en países que por muchos
años han utilizado vacunas sin timerosal, la incidencia de autismo en vez de
disminuir, ha continuado aumentando en forma sostenida.
Varias
publicaciones científicas (ver listado abajo) han aclarado el panorama:
· El
Timerosal contiene etil-mercurio el cual, a diferencia de otros compuestos
tóxicos como el metil-mercurio, NO se acumula en el cuerpo, su vida media es
corta y es eliminado efectivamente del organismo en pocos días(1,2).
· En
la actualidad, la mayoría de las vacunas en Chile o no tienen Timerosal o han
disminuido significativamente su contenido.
· El
Instituto de Salud Pública de Chile ha desarrollado un método para medir el
Timerosal de cada lote de vacunas para controlar que la cantidad de este
preservante cumpla con las nuevas normas establecidas.
· El
Timerosal es ahora utilizado incluso en los países más desarrollados del mundo,
como es el caso de la vacuna multidosis contra la influenza en EEUU, que lo contiene.
· En
el 2004, el comité para seguridad de las vacunas de EEUU, luego de un largo
estudio emitió su informe final que concluye que las vacunas y el Timerosal no
causan autismo(3).
· En
el 2008 la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyó el uso del Timerosal en
las vacunas(4) y en el 2011 hizo lo mismo la Academia Americana de
Pediatría(5).
· En
el 2012, el Comité Asesor Global en Seguridad de las Vacunas de la OMS concluyó
que “los estudios con diseño apropiado, no encuentran ninguna asociación entre
el Timerosal y el autismo u otros trastornos del neurodesarrollo” (6).
· En
el 2013, la FDA, la entidad encargada de la seguridad de los medicamentos y
vacunas en EEUU, emitió un documento donde se resume la información disponible
respecto a la seguridad del Timerosal(7).
· En
el 2013 se desarrolló en Ginebra una convención de 140 países donde se firmó el
llamado Convenio de Minamata, para reducir las emisiones de mercurio altamente
tóxico, especialmente en países en desarrollo. En el área de la salud, se harán
esfuerzos por eliminar el mercurio contenido en instrumental médico, como
termómetros y aparatos de medición de la presión arterial y en la amalgama
dental. Es muy relevante indicar que el Timerosal de las vacunas fue
considerado seguro y excluido del tratado(8,9,10,11).
· Otra
fuerte evidencia en contra de los efectos negativos del Timerosal proviene de
países, en
· Europa
y EEUU, donde llevan años inmunizando a los niños con vacunas libres de
Timerosal. Lejos de disminuir las cifras de autismo en niños con esta medida,
ellas siguen en aumento(12,13).
· Una
ley que prohíba el Timerosal podría crear un miedo infundado a vacunarse en
algunos padres y resultar en daño serio o muerte de niños no vacunados a
tiempo.
· Los
principales organismos técnicos en inmunizaciones de nuestro país, como son el
Comité Consultivo de Inmunizaciones de la Sociedad Chilena de Infectología
(CCI) y el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones del Ministerio de Salud
(CAVEI) han publicado su apoyo a los conceptos aquí mencionados(14) .
· Finalmente,
si bien la decisión de no vacunar es individual, ésta tiene un enorme impacto
en las personas cercanas y en toda la población que puede no estar inmune por
razones de salud o edad, y que puede enfermar gravemente. De modo que la
vacunación también una responsabilidad de todos los que vivimos en sociedad.
Por
lo anterior, las Sociedades, Instituciones y Médicos Especialistas abajo
firmantes, advierten del peligro de no vacunar a un niño dado el riesgo de
enfermedades que pueden lisiar o causar muerte y que se previenen con las
vacunas.
Instan
a la toma de decisión basado en argumentos técnicos como los aquí expuestos
para no prohibir el uso de vacunas con Timerosal, lo que a nuestro juicio
crearía un mal precedente para el Programa Nacional de Inmunizaciones.
Las
vacunas, al formar parte de programas nacionales de inmunización que se ofrecen
a toda la población, independientemente de los niveles de ingreso de las
personas, son una poderosa herramienta para reducir desigualdades sociales en
salud.
Este
11 de Abril la Sociedad Chilena de Pediatría se unió a más de 400 científicos y
grupos médicos de ochenta países en una declaración para la erradicación de la
Poliomielitis en el mundo.
Referencias:
1) Pichichero ME, Cernichiari E, Lopreiato J, Treanor
J. Mercury concentrations and metabolism in infants receiving vaccines
containing thiomerosal: A descriptive study. Lancet 2002; 360: 1737-1741
2) TM Burbacher, Shen DD, Liberato N, Grant KS,
Cernichiari E and Clarkson T. Comparison of blood and brain mercury levels in
infant monkeys exposed to methylmercury or vaccines containing thimerosal.
Environ Health Perspect. 2005; 113(8): 1015-1021
3) Board on Population Health and Public Health
Practice. Immunization Safety Review: Vaccines and Autism. May 2004. Disponible en: www.iom.edu/Reports/2004/ Immunization-Safety-Review- Vaccines-and-Autism.aspx
4) World Health Organization. Meeting of Global
Advisory Committee on Vaccine Safety. June 18-19, 2008. Wkly Epidemiol Rec
2008; 838(32): 287-292.
5) American Academy of Pediatrics. Policy Statement-AAP
Publicationes Reaffirmed and Retired. Pediatrics 2011; 217:39. Disponible en: www.pediatrics.org/cgi/ content/full/127/3/e857
6) WHO. Meeting of the Strategic Advisory Group of
Experts on Immunization, April 2012 – Conclusions and Recommendations. Wkly
Epidemiol Rec 2012; 87; 2215-216.
7) US Food and Drug Administration. Thimerosal in
Vaccines. In Vaccines, Blood and Biologics. Disponible en: www.fda.goc/ BiologicsBloodVaccines/ SafetyAvailability/ VaccineSafety/UCM096228#1
8) United Nations Enviromental Program. Mercury: Time to Act. Convención
de Minamata. Enero, 2013. ISBN: 978-92-807-3310-5
9)
WHO welcomes international treaty on mercury. 19
January 2013. Disponible
en:
10)
Orenstein WA,Paulson JA, Brady MT, Cooper LZ, Seib K. Global Vaccination Recommendations
and Thimerosal. Pediatrics 2013; 131:149.
11) Cooper LZ, Katz SL. Ban of Thimerosal in Draft
Treaty on Mercury: Why the AAP’s Position is so important. Pediatrics 2013;
13:152. Disponible en: http://pediatrics. aappublications.org/content/ 131/152.full.html
12) Madsen KM, Lauritsed MB, Pedersen CB, Thorsen P,
Plesner AM, Andersen PH, Mortensen PB. Thimerosal and the Ocurrence of autism:
Negative Ecological Evidence from Danish Population-Based Data. Pediatrics
2003;111:604
13) Fombonne E. Thimerosal disappears but autism
remains. Arch Gen Psychiatry 2008:65(1):19-24
14)
Muñoz A, Abarca K, Jiménez J, Luchsinger V, O'Ryan M, Ripoll E, Valenzuela MT,
Vergara R. Seguridad de las vacunas que contienen Timerosal: Declaración del
Comité Consultivo de Inmunizaciones (CCI) de la Sociedad Chilena de
Infectología. Rev Chil Infectol 2007;24(5):372-6.
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