miércoles, 28 de mayo de 2014

Madre de niño atropellado que salió del coma: “El Hospital trajo a mi hijo de vuelta a la vida"



Fue un 05 de enero de este año, cuando Sebastián Rodríguez de 10 años y su padre Cristian Rodríguez, se dirigían a la casa de la abuela del niño en el sector Punta de Cortés, en Rancagua. Eran las 20:45 hrs de una tarde muy calurosa, cuando al cruzar la carretera que conduce a Doñihue, un colectivo rural atropelló a ambos lanzándolos a 30 metros desde el lugar del accidente.
La mamá y esposa  de las víctimas, Jessica Rojas, se encontraba atendiendo el negocio de su madre, cercano al lugar, y escuchó el impacto. Pudo ver como dos personas salían eyectadas. Jamás imaginó que su hijo y su marido eran quienes habían sido atropellados.
Su mamá le gritó desesperada que se trataba de su “conchito” Sebastián y de su marido. Rápidamente se dirigió al lugar y una imagen dantesca apareció frente a sus ojos. “No puedo explicar lo que sentí. Yo pensé que había fallecido, porque estaba en muy malas condiciones”, cuenta entre lágrimas. “Mi hija corrió a buscar a mi esposo, pero yo sólo pensaba en el Sebita”. Personal del SAMU trasladó a Cristian y Sebastián hasta el servicio de Urgencia del Hospital Regional. Sebastián recibió la peor parte. Llegó con un TEC grave, politraumatizado y con riesgo vital. Su padre fue dado de alta unos días después. Sin embargo, Sebastián entró en un coma profundo producto de sus gravísimas lesiones.
La doctora Heidy Leiva, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Regional, relató que Sebastián ingresó en muy mal estado y estuvo un mes en coma. “Sebastián resultó gravemente herido. Con una contusión hemorrágica subcortical frontal izquierda  y sangre en el ventrículo cerebral, con fracturas y diversas lesiones. El niño estuvo en coma por más de 20 días”.
A principios de febrero Sebastián despertó. Su madre se preocupó de leerle todos los días y de colocar todos los días el himno de la “U”, su equipo favorito. Jessica cuenta que todos los días conversaba con él como si estuviera despierto.  “Le ponía música todos los días. Le relataba los partidos, como si estuviera despierto. Le conversaba de los jugadores y de Diego Rivarola, que aunque no esté jugando continúa siendo su ídolo. Yo sabía que él me podía escuchar”, asegura.
Partir de cero
“Cuando despertó fue una alegría infinita. Estuvo en un accidente donde pudo morir, eso lo tengo más que claro. Y no ha sido fácil su recuperación. Tuvimos que partir de cero,  enseñarle a comer, a ir al baño, a vestirse. Se le olvidan las cosas y las palabras. Sebastián jugaba fútbol. Era un niño normal fanático del deporte. Este accidente cambió para siempre nuestras vidas”.
El niño quedó con una secuela motora en sus piernas y siente mucho dolor por los fierros que le pusieron. Le cuesta mucho caminar y, ahora último, se cuestiona por lo sucedido. “Me pregunta, ¿mamá por qué me tuvo que pasar esto a mí? No tengo respuesta, sólo sé que debemos seguir adelante, porque acá no existe el cansancio”, afirma Jessica.
Aparte de las evidentes secuelas físicas, Sebastián tiene secuelas sicológicas producto del trauma que significó su accidente.  Su mamá y su papá lo apoyan en todo momento. Lo acompañan a todas las sesiones con el equipo multidisciplinario del Hospital Regional, que está a cargo de su recuperación. “Yo vi el otro lado de este hospital. Un lado generoso, lleno de amor y cariño. Nos sentimos muy acogidos. Me va a faltar vida por agradecer lo que hicieron por mi hijo. Yo no vi a funcionarias, vi a mamás que se pusieron en mi lugar y entendieron lo que estábamos viviendo”, señala.
La Dra. Leiva relata que le pidió a Sebastián regresar caminando a Pediatría. Hace un par de semanas cumplió su compromiso. Llegó con un burrito a saludar a todas aquellas personas que le salvaron la vida, para demostrar que sí podía volver a levantarse.  “Todas las funcionarias (os) y médicos que ayudaron a Seba se emocionaron mucho al verlo llegar. Él volvía a ponerse de pie y caminaba. Fue muy emocionante ver a las personas que salvaron la vida del Seba. Mi hijo es muy de piel, las abrazaba y les hacía cariño. Yo también. Les doy las gracias por todo lo que hicieron por nuestra familia y por todo lo que continúan haciendo por su recuperación”, finalizó.

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